Q&A Irene Castañeda: La Isla del Coco

Mi momento favorito fue ver un tiburón ballena por primera vez. Tuve la oportunidad de coexistir con este animal gigante en su propia casa, verlo a los ojos y nadar con él por minutos que se sintieron como horas. La experiencia me sacó las lágrimas.

Contanos un poco cómo fue tu paseo a Isla del Coco. ¿Qué viste, cómo te sentiste, experiencia favorita?

La Isla del Coco es uno de los lugares más extraordinarios y cautivadores del mundo. Para llegar, tenés que navegar alrededor de 36 horas hasta toparse con un punto verde en medio del mar – un pedacito de tierra con bosque nuboso, cascadas que caen al mar y un ecosistema lleno de vida, donde cualquier cosa puede pasar. Para mi la isla es como una ventana al pasado virgen, cuando no existían los edificios, las presas, la contaminación y la deforestación. Cada buceo es una experiencia diferente, son miles de colores, formas y criaturas que no me hubiera podido imaginar ni en mis mejores sueños. Mi momento favorito fue ver un tiburón ballena por primera vez. Tuve la oportunidad de coexistir con este animal gigante en su propia casa, verlo a los ojos y nadar con él por minutos que se sintieron como horas. La experiencia me sacó las lágrimas. 

Sos parte de Misión Tiburón, contanos un poco de la organización y tu parte en ella.

Misión Tiburón es una organización costarricense que se dedica a la investigación y conservación de los tiburones. Tito e Ilena, los biólogos fundadores de la organización, hacen un trabajo importantísimo porque estudian el comportamiento de estos animales, de los cuales realmente no se sabe mucho, y con esta información logran incidir en la política pública y educar a las poblaciones costeras para lograr proteger los hábitats críticos de estas especies. Soy parte del grupo de Juventud Misión Tiburón. Nosotros ayudamos a organizar eventos de recaudación de fondos y los apoyamos con las actividades educativas que se hacen en las escuelas de las zonas costeras. 

Hablá un poco de tu estilo de vida consciente y sostenible, hasta donde has llegado obvio, las abejitas que tenes y así!

Creo que para hablar de conciencia ambiental y sostenibilidad hay que saber que nadie ni nada es perfecto. Podemos no ser 100% veganos o waste free o carbono neutral, pero lo importante es que sigamos aprendiendo y sigamos mejorando nuestras prácticas porque el planeta necesita toda la ayuda posible. Algunas de las cosas que me he propuesto para llevar un estilo de vida más consciente es evitar el plástico, comprar local, llevar una dieta plant-based en la medida de lo posible y sembrar árboles y plantas nativas donde pueda. También he estado aprendiendo sobre la meliponicultura, el cuidado de abejas sin aguijón que aquí se conocen como mariolas. Además de ser súper trabajadoras, me inspira muchísimo su sentido de compromiso y comunidad. Sin abejas no tendríamos comida entonces hay que hacer lo posible por darles un espacio seguro para vivir y trabajar. 

¿Por qué te encanta CHIA? ¿Cómo te ves reflejada con nuestros valores? 

Lo que más admiro de CHIA es que desde el principio se ha notado su compromiso con el ambiente y con un mundo mejor. El esfuerzo que han hecho por apegarse a sus valores e incorporar la sostenibilidad es un ejemplo a seguir para otras pequeñas empresas y para todos los que queremos comprar con más intención y propósito.

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